APRENDER A PERDONAR



Siempre fui de esas personas que creían que no es bueno dar segundas oportunidades, que quién te falla una vez, lo hará una segunda. Conozco a mi mejor amiga, Paula, desde hace once años, desde siempre ha sido una chica impredecible, con un carácter muy fuerte y un poco difícil de entender, pero aún así ha sido alguien en quién he confiado plenamente y me ha demostrado su amistad incondicional.


Hace dos años tuvimos una discusión muy fuerte que nos llevó a estar más de un mes separas. Esa discusión fue debida a que pasé por un momento muy complicado en mi vida, y no noté tanta ayuda por su parte como yo necesitaba en ese momento. Al pasar esta etapa, yo empecé a sentirme un poco distante hacia ella, siempre habíamos sido inseparables y ya a penas nos veíamos.


Un día Paula me pidió hablar y yo la recriminé que no hubiese estado en una época tan difícil para mí y que ya no me salía comportarme igual con ella después de todo. En ese momento, ella no quiso admitirlo porque siempre ha sido muy orgullosa y nunca ha sabido pedir perdón.


A los pocos días, recibí una llamada suya pidiéndome que saliese un momento a hablar con ella. Me dijo que sentía mucho todo lo que había ocurrido y que no quería perder mi amistad porque para ella era lo primordial. Me contó que había pasado también unos días malos, de los que yo no me había dado cuenta quizás porque es una persona un tanto cerrada y porque, asumiendo mi parte de culpa, yo había estado muy metida en mis problemas.


Después de pedirme disculpas, me regaló este collar. Lo compramos juntas en un chino cuando tan solo teníamos siete años (ya ni me acordaba de ese colgante) , para hacerme recordar todo lo que habíamos pasado juntas, y que nuestra amistad no podía terminar así.


A día de hoy, sigue siendo mi mejor amiga, y desde el momento en que pasó todo eso creo que nuestra amistad se afianzó aún más. Me sirvió mucho para ver que a las personas que aprecias y quieres, debes darles una segunda oportunidad, todos nos la merecemos y un error no puede borrar todo lo que has vivido con una persona. Ella aprendió a pedir perdón y yo aprendí a perdonar.










Comentarios

  1. No somos perfectos, todos cometemos errores, gracias Inés por recordarnos la importancia de ponernos en el lugar del otro

    ResponderEliminar

Publicar un comentario